Es preciso “trascender” la Crisis.

Es preciso “trascender” la crisis.

Son varios años desde esta ultima crisis Made in USA a la que se agrega  últimamente la de Europa. Este escenario de incertidumbre y medidas desesperadas de gobiernos y empresas encuentra voces de esperanza y otras de moderado pesimismo.

Las crisis, como todo en la vida, son situaciones subjetivas, que suelen cobrar vida colectiva cuando se generaliza una creencia. Dentro de un periodo de desajustes económicos, llamado de crisis, pueden  haber  damnificados de uno o varios sectores.

Esta verdad a medias impacta en cada uno de distinta manera en función de sus propios paradigmas. La física cuántica se ha cansado de comprobar que los hechos son modificados por el observador y que en el campo cuántico son miles las posibilidades y cada quien elige una de ellas en función de sus creencias y emociones.

Un generalizado pesimismo suele llevarse bien con cierta tendencia de los humanos al sufrimiento, motivando la proliferación de enfermedades de la mente. La aceptación de esta creencia en la crisis otorga a muchísimas personas un motivo valedero para caer en depresión. Ademas, si a esto se le suma que determinados grupos de poder se fortalecen con un colectivo temeroso en escenarios futuros inciertos es posible visualizar con mayor claridad la tendencia a ver “el vaso medio vacío en vez de medio lleno”.

No se sale de esta crisis

Sinceramente creo que no es posible salir de esta crisis y tampoco conveniente. Es muy difícil salir de una crisis económica y financiera resultado de un sistema decadente en su estructura, defectuoso en sus raíces, remendando sus mecanismos operativos. Es como tratar de curar los síntomas de un cáncer ignorando el motivo real de la enfermedad terminal subyacente.

Querer restablecer el orden que provoca esta crisis presiento que es un error.

No hay crisis económica, ni financiera, no es algo técnico, es la caída de una concepción egoísta de la economía y los negocios. Es la fiebre prolongada que revela una infección  grave en un órgano, en un sistema que no funciona bien,

Lo que llamamos crisis es un indicador de que nuestro sistema empresarial ha perdido la humanidad si alguna vez la tuvo. Se ha olvidado que la fuerza emprendedora es necesaria para servir a la comunidad y no para servirse insaciablemente de ella.

No se trata de algunos prestamos mal dados o hipotecas fallidas, se trata de un sistema empresarial fallido. Una maquinaria que tritura empleados,  proveedores y muchas veces a los clientes, los recursos naturales y el ambiente ecológico en general. Todo ello solo y exclusivamente con el afán de maximizar los beneficios de un grupo de accionistas anónimos, cuyas responsabilidades con los impactos que generan esas empresas es parcial y en muchos casos nula.

Se vive en una sociedad donde casi la mitad de la gente que trabaja sufre trastornos de stress, donde uno de cada dos personas tiene o tendrá cáncer. Donde la desconformidad en los lugares de trabajo es notoria incluso hasta en quienes han logrado ciertos status de “éxito”, obteniendo bienes lujosos, residencias y carros que nunca serán suyos y cuyo mantenimiento es la contrapartida de su lealtad a la empresa que dispone de casi la mayoría de sus días.

Vivimos en una sociedad donde “no hay tiempo” para disfrutar de la comida, de los afectos, del entretenimiento sano, la contemplación e interactuacion con la naturaleza. Una sociedad que le ha proporcionado a la clase empresarial un poder inusitado, omnipotente a veces por encima de gobiernos, partidos políticos, y otras muchas instituciones.

Si todo esto es el producto de este sistema que hoy esta en crisis, pues Bienvenida esa crisis, y de ahí mi reflexión acerca de la conveniencia de evitar salir de ella.

La crisis que nos han vendido tal vez no sea tal, quizás haya que admitir que esta situación es la consecuencia de algo que debemos cambiar, evidencia de un necesario “despertar la consciencia colectiva” en el sentido de quitar el poder otorgado indebidamente al sector empresario. Un tiempo de cambio, una etapa en el proceso evolutivo de los sistemas económicos.

Tal como en un parto, el dolor sea la antesala de algo hermoso que esta por nacer, pero desde un nuevo paradigma.

Un nuevo orden empresarial

Según especialistas y publicaciones recientes las empresas que crecieron o se sostuvieron en estos últimos años de recesión apostaron a la inversión en investigación y desarrollo y planes de incentivos  a sus empleados y clientes.

Esto da cuenta de la dirección a tomar aunque solo se hable de los mismos modelos de negocios con retoques en algunos tópicos. Sin embargo, en este caso aparentemente el paciente requiere cirugía mayor.

Tal vez el esfuerzo deba orientarse con mucho énfasis y determinación a desarmar o eliminar  organizaciones existentes en algunos casos y en otros, transformarlas en sociedades con un propósito sustentable vinculado a una necesidad genuina de la comunidad, dotadas de personas felices habidas por dar brillo a sus virtudes y realizarse como personas día a día en su trabajo.

Organizaciones que generen productos y servicios verdaderamente necesarios para la comunidad. Evitando aquellos consecuentes con deseos o necesidades que provienen de egos inconscientes del ser humano estimulados por técnicas de mercadeo conductistas destinadas a un publico literalmente anestesiado no solo física sino psicológicamente.

Organizaciones conscientes, respetuosas del medio ambiente y responsables legalmente de todos los impactos y efectos no deseados de su accionar en el entorno en que se desenvuelvan.

Un nuevo orden, donde los consumidores se constituyan en grupos despiertos que asuman un rol consciente y responsable, donde los gobiernos colaboren controlando y defendiendo los intereses colectivos, con un rol  protagónico a la hora de fortalecer el consumo consciente y el bien común.

No es una postura moral ni religiosa, es netamente pragmática. Desde Albert Einstein hasta nuestros días hay importante evidencia científica plasmada en la  física cuántica, medicina ortomolecular y otros conocimientos que comprueban la existencia de un “campo magnético” al que parece todo pertenecer y al que es posible acceder a fin de cocrear la realidad. Todo ello sin tener en cuenta las enseñanzas ancestrales de cultura milenarias que lo vienen utilizando desde hace miles de años.

Desde esta perspectiva, no hay crisis, hay cambio, hay una etapa que acaba y otra que comienza, hay pasos hacia una evolución de la comunidad, una sociedad nueva que en vez de identificarse con la mente colectiva y el ego se manifiesta conscientemente. Prefiero ver la crisis como algo a trascender, como otra parte de un proceso evolutivo, como algo a ser superado a través de un “despertar colectivo” cuyo descubrimiento diluya casi sin mayor esfuerzo las malas practicas que condujeron a este presente. Un proceso de “darse cuenta” de tomar consciencia de lo que nos produce este accionar colectivo, este sistema de vida sin vida. Una etapa mas de un proceso natural de evolución que se plasma en este trascender por encima de criticar, castigar o victimizarse.

Tal vez solo sea despertar de repente y darse cuenta de que todo fue una pesadilla y que el Sol por la ventana anuncia el comienzo de un nuevo y hermoso día.

Si lo crees sincera y profundamente en tu ser, es posible. Sin lugar a dudas esta sucediendo ahora mismo.

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